SANTERÍA: LOS CUATRO SANTOS GUERREROS (IV)

Osún

Después de un largo tiempo sin poder escribir nada, hoy toca hablar del último Santo Guerrero Osun. Esta representado por una pieza metaliza, sobre la cual descansa un gallo metálico también y que lleva bajo ese gallo una copa sellada, donde van reunidos los secretos de la carga del Santo. Este santo tiene el poder de darnos la salud física y mental. Es un guardiero fuerte de Orunmila y debe vivir en alto conjuntamente con la sopera de Orunmila. Se trata de un poder muy importante en el momento de la consagración de los nuevos Babalawos
Debe vivir en un lugar donde nadie tenga la posibilidad de tropezar con él, pues cada vez que este Santo se caiga de su pedestal y quede en posición horizontal, pues se esta avisando sobre la urgente necesidad de realizarse una consulta con Orunmila a través de una Babalow, así como que la persona tendrá la necesidad de hacerse algún tipo de Ebbó o de otra limpia.

Es un Orisha que consagran los Awó Orunmila y sólo éstos tienen potestad para entregarlo. Osún representa al espíritu ancestral que se relaciona con el individuo genealógicamente, y que le guía y advierte.

Es el vigilante, el guardián, la vigila. Osún junto con Elegguá,Oggún y Ochosi simboliza a los ancestros de un individuo especifico. 


Ofrendas a Osún
Se le ofrenda: Orí (manteca de cacao), Efún (cascarilla) y Otí (aguardiente). Se le inmolan principalmente palomas (eyelé) y los mismos animales que a los guerreros, excepto gallo o pollo que es su tabú por ser el mismo akuko (gallo). Sus Ewe son los mismos que los otros guerreros, pudiendo también llevar los ewe de Obatala.


Coronar Osun
Para coronar este Osha debe haber recibido antes a los Orishas guerreros. Luego durante la coronación se debe recibir los siguientes Oshas y Orishas.
Osún de extensión, Elegguá, Obatalá, Oke, Yemayá, Shangó, Ogué, Oshún y Oyá.

Pattaki de Osún

Osún era vigilante de Obatalá. Obatalá vivía con su mujer, Yemú, y sus hijos: Oggún, Ochosi y Elegguá. Oggún era preferido y sus hermanos tenían que obedecerlo. Oggún estaba enamorado de su madre y varias veces estuvo a punto de violarla, pero Elegguá siempre lo avisaba a Osun, quien venía y regañaba a Oggún. Entonces Oggún echó a la calle a Elegguá y le dio montones de maíz a Osun para que no lo delatara. Osun comía y luego dormía y Oggún podía disfrutar de su madre. Elegguá fue con el cuento a Obatalá, que no lo quería creer, pero al otro día volvió más temprano. Obatalá vio a Osún acostado y a Oggún abusando de su madre, y llego a su casa furioso. Fue cuando Oggún se maldijo a si mismo y Obatala le dijo a Osun: “Confiaba en ti y te vendiste por maíz”. Y nombró a Elegguá su vigilante. Desde entonces Osun perdió el cargo



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